l baño / Deche Yoode Natalia Toledo, narra la historia de dos niños que crean un fuerte lazo a través de la intimidad de la caca: “En el barrio de pescadores en donde nací, los niños no tuvimos baño; los más pequeños y los animales formábamos una sola comunidad que defecaba al aire libre. En esa intimidad, hicimos el abono de las flores que nacieron bajo las estrellas de la madrugada”, reza una parte del texto, leído por la autora.

Durante el evento, realizado en el Pabellón Oaxaca, dentro de la 46 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), Toledo deleitó a sus escuchas con la lectura en voz alta de algunos fragmentos, y es necesario resaltar que sus trabajos son escritos tanto en español como en zapoteco:

“Una tarde, al ir a hacer mis necesidades, una fila de cochinos me siguió hasta detrás de la casa. Les sonreí a los niños que estaban ahí sentados en hilera, me bajé los calzones y, ni bien me había sentado, los marranos comenzaron a empujarme con sus narices de enchufe botado. Yo los vi de reojo, como las gallinas miran al alacrán que las va a picar, y avancé hacia el frente para no ensuciarme las nalgas”.

“Ti huadxi, guyaa’ decide yoo yenada ti ludoo bihui naa. Bixidxenia’ ca ba’ du ’  cani maca zuba xuuuna’ , gundetetié lari xaguete’  xitine’  ne ni ca’  ru’   cuee chahue’  ma culaa xii bihui naa, rului’  inchufe xii ca’,  manda cayuyadxii’  bere xa laga’  sica ruyadaxii bere meuxubi chi guquiichi laa. Guzaya’ iqui ñee ti cadi guiné’  qui’  xana’ ”.

Contó cómo fue su experiencia al mudarse a la ciudad de México y el choque cultural: “Muchas veces puedo ser grosera y las personas aquí pueden asustarse con mi lenguaje, de donde provengo si alguien te cae bien o mal lo dices. Los juchitecos no estamos reprimidos”

La autora finalizó con la respuesta a la pregunta ¿Deche Yoo está creado con algún fin político?, a lo que ella respondió: “Realmente no, es más bien una historia de amor, un día tuve nostalgia y sentí que debía escribirlo”.

Luis Malpica empezó en este mundo gracias a un profesor que tuvo en sexto grado de primaria, que le cuestionó qué iba a ser cuando fuera grande. Él tenía la idea de trabajar con maquinaria pesada como su papá, pero fue la figura de su docente la que lo inspiró a desenvolverse como académico.

A los 19 años terminó la carrera y fue mandado a realizar su trabajo en Oaxaca. En esa época escribía sus poesías, historias, discursos, todo por su cuenta. Duró ahí dos años, pero se fue porque quería recorrer otros lugares y trabajos.

Tuvo otra oportunidad de trabajo en el Equipo Técnico Estatal, conformado por 16 personas a las que les ofrecieron la oportunidad de impartir en el 2006 la asignatura estatal. Así fue como tuvo la oportunidad de escribir este libro, en el cual se trató de agrupar y recolectar una pequeña parte de los aspectos más importantes de Oaxaca. El material está escrito con un lenguaje muy claro y sencillo, se evitó usar tecnicismos y palabras rebuscadas para que la lectura fuera más fluida.

Está dirigido a un público general, pero va más enfocado a jóvenes de primaria y secundaria, por lo que se hace mucho uso de fotografías y poco texto, para hacerlo más dinámico y atractivo.

Otro propósito del uso mayoritario de fotografías es hacer que quien lo está leyendo se sienta dentro del estado, un explorador inmerso en él. Lo que se quiere mostrar en las fotos es la representación de Oaxaca mediante un acercamiento visual a artesanías, trajes típicos, arquitectura prehispánica y gastronomía. 

El objetivo del libro es hacer visible las tradiciones poco conocidas de Oaxaca. A pesar de ser un lugar caracterizado por un alto atractivo turístico, el desplazamiento de sus tradiciones ha presentado un aumento a causa de la gentrificación que se ha dado en los últimos años,  pues muchos extranjeros compran casas para quedarse permanentemente e imponiendo sus propias costumbres de manera casi colonialista.

Este libro es una invitación para que las tradiciones originarias no se pierdan, para que se siga explorando su cultura e historia, porque Oaxaca (y México en general) guarda en sí mucha historia.

En el contenido del libro, se encuentra información sobre el patrimonio natural y cultural de Oaxaca, la historia de sus civilizaciones y su legado cultural como muestra de uno de los estados más representativos del país.

A raíz de la presentación de su libro “La ruta de los cuerudos”, misma que se realizará el día de hoy, 26 de febrero en la 46 edición de la Feria Internacional del Libro de Palacio de Minería (FILPM), Fernando Amaya estuvo presente en el pabellón Oaxaca de esta importante Feria Internacional con el conversatorio: Los soberanistas oaxaqueños: méritos, luchas y triunfos.

Amaya considera fundamental hablar de los soberanistas, ya que de acuerdo con él, no tuvieron reconocimiento, debido a que los héroes cuerudos son tildados de porfiristas y huertistas, cuando en realidad eran zapatistas luchando por el derecho al trabajo y su compromiso con Oaxaca.

“La historia la escriben los vencedores, y la literatura la escribimos los vencidos, entonces para nosotros a quienes nos contaron la historia nuestros padres y nuestros abuelos, sentimos que la lucha de los cuerudos-soberanistas tuvo un ideal, un ideario”, afirmó Amaya, diciendo que los oaxaqueños no son rebeldes sin causa, sino que tienen un objetivo y que su novela es un canto de amor para los suyos y para Oaxaca.

Fernando realizó una crítica al poder, diciendo que la lucha por ella es malvada. Cuestionó si el gobierno actual ha cambiado mucho en comparación a gobiernos de hace décadas y recalcó la importancia de siempre revisar la historia.

“A partir de que el mando centralista venía, lo imponía todo: imponía al gobernador, a los diputados, y así era el manejo de la situación en ese tiempo. Les iba a decir que ahora es muy distinto, pero me puedo morder la lengua. Esa es la historia, yo creo que ahí es donde radica la importancia de revisar con mucho cuidado” afirmó.

Fernando Amaya es un músico, compositor, poeta y cantautor de la Sierra y Costa de Oaxaqueña. Cuenta con diversas piezas musicales como lo son Boceto, Azucena, Nadxieli y Es Oaxaca nuestro canto, entre algunas otras.

En la inauguración, la oaxaqueña Mariel Ramírez Orozco, de 10 años, tuvo una emotiva intervención, al leer un poema en zapoteco y español llamado: “El Juchitán de mi abuela”, con el que exhortó a defender, fomentar, proteger y rehabilitar las lenguas maternas.

El rector de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Leonardo Lomelí destacó que las actividades dedicadas a Oaxaca durante la FILPM buscan exaltar sus tradiciones ancestrales, diversidad étnica y herencia literaria y artística.

“Su participación aportará una perspectiva única y nos incita a sumergirnos en sus costumbres, gastronomía, música y por supuesto su literatura, enriqueciendo nuestra mirada y robusteciendo la conciencia sobre la importancia de la pluralidad que define a México” expresó.

En el evento estuvieron presentes: el secretario de las Culturas y Artes (Seculta), Flavio Sosa Villavicencio, la directora general del Instituto Estatal de Creación Literaria y Promoción de la Lectura, Carmen Sánchez Parada; el director de la FILPM, Fernando Macotela Vargas y la coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán Álvarez.

La FILPM se desarrolla del 21 de febrero al 2 de marzo, de lunes a viernes de 11:00 a 21:00 horas en el Palacio de Minería, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Todas las actividades pueden consultarse en https://filmineria.unam.mx/.