La magia y misticismo que evoca el folclore de la cultura y tradiciones de las ocho regiones de Oaxaca se hizo presente en el concierto que este viernes ofreció Lila Downs en el Auditorio Guelaguetza, enmarcado en la máxima fiesta de los oaxaqueños.
En compañía de la Banda "La Misteriosa de Oaxaca", la cantante oaxaqueña hizo su aparición en la rotonda del coloso de cantera ataviada con un vestido morado confeccionado con las mascadas de Tlacolula de Matamoros.
En su presentación de hora y media, la ganadora de seis premios Grammy cantó temas populares de la música regional oaxaqueña como "Naila", "La Llorona" y el "Dios nunca muere".
Los Sones y Jarabes Mixes, así como las canciones de Pinotepa y Flor de Piña que contó con la participación de los zancudos de Santa Cruz Tlahuitoltepec, los tiliches de Putla y mujeres y niñas de San Juan Bautista Tuxtepec, respectivamente, también engalanaron la noche.
"Es un honor estar aquí y es un orgullo para mí que ustedes se sientan diferentes y fuertes para enfrentarnos con cualquier cosa. Así somos los mexicanos", expresó ante el público que abarrotó las gradas del auditorio.
Con dos cambios de vestuario -que incluyó un traje regional del Istmo de Tehuantepec en color rojo, así como uno blanco con bordados de San Martín Tilcajete- Lila Downs también canto sus éxitos de "Son de Juárez" de su último álbum Salón, Lágrimas y Deseo; "Humito de copal" de su disco Balas y Chocolate editado en 2015 y "Zapata se queda" de Pecados y milagros de 2011.
La guetza de Lila Downs, como la también compositora define sus conciertos, incluyó la aparición de las Chinas Oaxaqueñas, así como de las delegaciones de Tlacolula de Matamoros, Juchitán de Zaragoza y los Diablos de Juxtlahuaca.
Su mítico show terminó con la “Cumbia del mole”, canción que describe la preparación de este platillo icónico de Oaxaca; no sin antes interpretar “Mezcalito”, el tema que hace alusión a la bebida espirituosa de los oaxaqueños.
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