A un mes del “día del niño” las promociones
de compras y la publicidad de juguetes –como cada año- inunda la televisión con
discursos en los cuales se presenta a los niños como seres peticionarios
constantes de bienes de consumo y al adulto como provisor ilimitado de éstos, y
muestra un riesgo para las familias del cual son responsables los padres.
Según las estadísticas del 2014, del
Instituto Federal de Telecomunicaciones, (IFT), los menores mexicanos ven un
promedio de 4 horas con 34 minutos, tiempo que suele aumentar durante las
vacaciones. Esto implica que en México,
un niño promedio dedica más horas a ver este medio que en otros países como
Estados Unidos y Perú, por lo que no se puede negar que la influencia de este
medio en los niños y niñas se extiende, principalmente, a transmisión de
valores y conductas sociales.
La influencia de este medio, el cual en los
hogares mexicanos es una “niñera electrónica”, es un fenómeno de estudio de
científicos sociales a nivel mundial. En México, Wulfrano Torres Pérez, doctor
en Psicología Social e investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla, considera que la televisión lejos de educar, des-educa al promover el
consumismo.
Esos datos deberían llamar la atención de
todos los padres de familia para que mejoren el cuidado de los infantes. Y toca
a ellos, porque son los tutores quienes figuran, ante la ley, como los primeros
responsables de los niños, además que el gobierno ya trabaja desde diversos ámbitos
para su protección.
En el actual gobierno, el presidente Enrique
Peña Nieto promovió la reforma al Reglamento sanitario de publicidad, elaborada
por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris), a fin de que los comerciales televisivos de alimentos y bebidas “chatarra”
dejen de transmitirse en horarios infantiles de lunes a viernes en horario
vespertino y todo el día durante sábados y domingos. Sin embargo, la Reforma a
la Ley General de Salud mencionada no incluye juguetes y la publicidad de los
mismos aumentó luego de su entrada en vigor, según datos del IFT.
Esto nos enseña que el problema de la
publicidad con niños no es un problema menor debido a la influencia que ejerce
la televisión en los menores; que el Estado trabaja en la protección de los
infantes, y que el compromiso es mejorar la atención de padres y tutores ante
la publicidad que consumen los niños y las niñas mexicanos, en particular en
esta temporada de compras que inicia.
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