Con saldo blanco y sin ningún incidente concluyen los Lunes del Cerro de la Guelaguetza 2016, considerada la fiesta pluriétnica más grande de México y América Latina, la cual estuvo representada por 50 delegaciones representativas de las ocho regiones de Oaxaca

En un ambiente de plena festividad y espíritu fraterno, concluyó exitosamente y con saldo blanco las cuatro emisiones de la 84 edición de la Guelaguetza, que cautivó a turistas de Oaxaca, México y el extranjero, quienes no dejaron de vitorear, admirar y cautivarse con la Guelaguetza, que en esta ocasión se llevó a cabo en un renovado Auditorio, al restituirse en un 100 por ciento la instalación de la velaria, proyectando un nuevo rostro arquitectónico del Coloso del Fortín.

En la edición vespertina de la Octava de la Guelaguetza celebrada este 1 de agosto, el misticismo de los pueblos de Oaxaca cautivó a los más de 11 mil asistentes que arribaron al auditorio para disfrutar de esta fiesta magna.

De la región del Istmo llegó la delegación de Ciudad Ixtepec, para presentar “La bajada de San Jerónimo”, celebración religiosa que se realiza con calendas, mayordomías y velas en el mes de septiembre en honor al Santo Patrono de la localidad, donde se bailan los sones como “guigu bicuú”, vals celosa, Petrona y muchos más.
Asimismo, de la región Costa, Santos Reyes Nopala presentó su Boda Chatina, Sones y Chilenas; y San Jerónimo Tecoátl, de la región de la Cañada, compartió su Recibimiento Tecoalteco, ritual de gran humildad y respeto que se realiza durante un bautizo.
El misticismo reinaba en esta Rotonda de la Azucena y desde los cuatro palcos de este majestuoso recinto, las personas no dejaron de hacer olas humanas entre las presentaciones de cada delegación, donde las mujeres y hombres compartían orgullosos su música, cultura, tradiciones.

A esta fiesta se unió la Villa de Tututepec de la región Costa, al presentar su Fandango de Varitas, baile de origen prehispánico que se ejecuta en las mayordomías o para rendirle culto a las ánimas del purgatorio.
Con sus penachos multicolores, los Danzantes de la Pluma de San Bartolo Coyotepec se apoderaron del escenario e hicieron vibrar el Auditorio, al presentar con sus inigualables pasos, una de las muchas danzas de conquista que se baila en México y que está compuesta por marchas, shotis, himnos, pasos dobles y sones.
Desde el Cerro del Fortín, donde se tiene acceso a una vista panorámica del Centro Histórico, las personas no dejaban de aplaudir y pedir entusiasmadas la gueza que cada delegación trajo desde sus comunidades, tales como frutas de temporada, artesanías, alimentos, hierbas aromáticas, hasta sombreros.
Nuevamente, la Rotonda de la Azucena resplandeció con la aparición de la delegación de Santo Domingo Tehuantepec, que presentó un Homenaje a Don Margarito M. Guzmán, ilustre compositor originario de esta localidad que en este año se celebra el centenario de su natalicio. Tiene en su haber 64 obras, incluidas vals, zapateados, marchas, polkas y sones regionales, así como marchas fúnebres y religiosas.
-“Buenos tardes Oaxaca, sólo les vengo a decir que acabamos de llegar, medio viaje fue subir y medio viaje bajar. La montaña atravesamos y la friega fue inclemente, pero que tal, ya llegamos, ¡Tuxtepec está presente!”- Con esta frase, hizo su arribo la delegación de Tuxtepec, para presentar su inigualable y cautivante Flor de Piña, uno de los bailes más esperados en cada presentación.
Con la puesta del sol, que hizo que el auditorio luciera más radiante, San Pedro Amuzgos presentó su Fandango Tradicional y Carnaval Amuzgueño, que se realiza en sus principales festividades.
Asimismo -desde la Tierra del Sol- la delegación de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco hizo su aparición para presentar sus sones y jarabes. Su entrada al escenario con la Canción Mixteca de José López Alavés, puso a todas las personas a ondear sus sombreros y entonar con sentimiento las primeras líneas: “Que lejos estoy del suelo donde he nacido…”
Posteriormente, el auditorio se inundó con la picardía, los sones y chilenas de Santiago Jamiltepec y Santa Catarina Juquila, que pusieron a aplaudir a los más de 11 mil asistes. Ambas delegaciones llenaron de colorido el escenario con su inusual indumentaria y lo hicieron vibrar con su singular zapateado y toritos pirotécnicos.
Como cada año, las Chinas Oaxaqueñas fueron las encargadas de cerrar una edición más de la Guelaguetza, donde las 50 delegaciones de las ocho regiones de Oaxaca dieron muestra de su misticismo y hermandad que los distingue, cautiva y ha traspasado fronteras.
Al término de la edición vespertina de la Octava del Lunes del Cerro, los visitantes pudieron subir a la Rotonda, para convivir con las y los integrantes de las delegaciones, donde al compás del “Son Calenda” disfrutaron de esta fiesta.
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